Quién le iba a decir a la veterana Marigel Álvarez, cuando en los 90 buscaba una ocupación en el medio rural y decidió abrir su propia quesería, que obtendría el Premio al mejor queso en el II Concurso Nacional de Queso de Autor con su queso Casín, variedad que ha recuperado del olvido, y para el que ha conseguido, incluso, su propia denominación de origen. “Cuando yo empecé, me consideraron una osada”, recuerda, pero ahora admite con orgullo que “con los años han ido confiando, y ahora los queseros me piden consejos para elaborar sus propios productos. Casín es uno de los quesos más antiguos de España; de hecho, hay referencias a él en 1320 cuando se usaba como moneda de cambio, pero antes solo se elaboraba en las casas, no se comercializaba; hoy ya lo trabajamos en cuatro queserías”.

Al frente de la Quesería Redes (Campo de Caso, Asturias) está ahora su hija Natalí Lobeto, quien reconoce que “siempre digo que tengo la suerte de ser la hija de Marigel, porque ella fue la primera persona que empezó a comercializar Casín en tiempos modernos. Ahora es conocido por todos los asturianos, por muchos españoles, y esperemos que pronto por todo el mundo”. Para ella, los premios son muy importantes “ya que siempre te ayudan a creer en lo que estás haciendo, te dan mucha fuerza para coger impulso, porque el trabajo en la tierra es muy gratificante, pero también muy duro. Te obligan también a superarte, a hacer las cosas cada día mejor”. Pero lo más importante para su proyecto, ha concluido, “es el relevo generacional, que debe pasar en el resto de negocios rurales, para que se conviertan en empresas rentables con proyección de futuro”.

María Maceiras ha sido la más joven de las ponentes. Es la única marinera de Muro (A Coruña), y a sus 22 años se ha convertido en toda una embajadora de un oficio tradicionalmente masculino, logrando con sus vídeos divulgativos mientras faena una entregada audiencia de miles de seguidores en las redes. Una loable labor, la suya, de promover el respeto a su oficio y al mar, por la que ha obtenido el Premio Nacional de Gastronomía al Talento Joven Alimentos de España de 2022, que concede la Real Academia de Gastronomía (RAG) en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. “Yo grababa vídeos en tono de broma para compartir con los compañeros marineros, hasta que un día mi pareja subió uno a TikTok y tuvo una audiencia enorme”, rememora con asombro. “Así me di cuenta de que, al ser de un pueblo de mar, sé cosas que la mayoría de la gente desconoce, como que el pulpo tiene una talla mínima o que los bogavantes con huevas no se pueden comercializar en nuestra zona. Al final me convencí de que es una buena manera de enseñar el día a día de una marinera, y fomentar el respeto que queremos que se tenga a nuestro oficio y al mar”, argumenta. “En mi pueblo son muchos los marineros que llevan toda la vida dedicándose al mar, y las mujeres no suelen estar en el barco. Cuando yo decidí ser marinera no confiaban en que fuera a salir, por lo que este premio es un reconocimiento a mi trabajo”, ha dicho.

El mundo del vino ha tenido su representación con la enóloga Irene Rodríguez, propietaria de Bodega Hortanza en el pequeño pueblo cántabro de Trebuesto. Irene cumplió su sueño al volver a su pueblo para hacerse cargo de una finca familiar que estaba en desuso. “Nuestro objetivo inicial fue darle un sentido a nuestra huerta, y la mejor opción fue sembrar viñedo, pesar de que en la familia no había vínculos directos con el mundo del vino. Pero yo me había formado en La Rioja, y previamente había viajado por diferentes regiones vitivinícolas del mundo, así que decidimos plantar viñas y lo que empezó como un proyecto modesto ahora nos ha demostrado que en Cantabria se puede hacer buen vino”, ha explicado. En relación con el prestigioso premio, reconoce que “ha habido un antes y un después, ya que nos ha dado una visibilidad que de otra forma hubiera sido muy difícil lograrla. Gracias a ello hemos ido avanzando, y nos encanta que otras personas reconozcan el trabajo que hacemos, porque nos ayuda a continuar”.

Y de qué supone un premio al talento femenino en restauración ha hablado Susana Casanova, propietaria del Bistró & Cafe La Clandestina (Zaragoza), que ha obtenido este año el oro a la Mejor Tapa de España 2023 en el Campeonato Oficial Hostelería de España - Tapas y Pinchos de Madrid Fusión, con su creación 'Cruz de navajas', a base de navaja en ajoblanco con melocotón de Calanda encurtido, gel de cava aragonés, perla de reducción de fondo de pata de vaca, coral de borraja y piel de limón. “Yo estudié delineación, y llegué incluso a ejercer muchos años como jefe de obra, hasta que llegó la crisis de la construcción y tuve que reinventarme. Entonces viajé y estudié todo lo relacionado con la gastronomía, algo que me gustaba desde pequeña, hasta montar mi propio negocio, con el que ya llevamos 8 años”, ha explicado, reconociendo que el verdadero valor del premio radica en “que la gente descubra y valore el concepto de nuestra cocina en un plato tan pequeño, y se anime a seguir conociéndola”. Por último, preguntada por si la condición de ser mujer ha condicionado de alguna forma el reconocimiento, ha comentado que “no me resultó difícil entrar en el concurso por ser mujer, y aunque quedé la única finalista, no me sentí señalada. Lo que sí es cierto que muchos de los titulares destacaron esa condición”.